En una entrada más abajo decía que en las bicis no llevo calzado de ciclismo sino punteras. La razón es un accidente que tuve en Avilés en el año 82. Un coche me atropelló por detrás y al llevar los calapies de aquella época, hizo que sin poder sacar los pies de los pedales fuese a caer sobre el codo derecho. Resultado, rotura de húmero, tres meses escayolado, hueso sin soldar, y posterior operación incluyendo placa, tornillo e injerto de cadera. He probado el calzado específico de ciclismo, y no me hago, creo que es psicológico. Prefiero los pies libres.
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